Flamea, la luz es tan sólo un toque de lo que conlleva sentirse a su lado...
La voz se convierte en aroma, y deja un eco que tan sólo el arruyo de lo cristalino apacigua lo intervolcánico...
Cuando aquello se torna interno lo cálido lo acompaña, y se derrama; Efecto bermellón...
El susurro, la serenidad, un límite que acompaña lo onírico. Una fuerza que hace que todo sea posible, y lo es... lo hacemos así, como queremos.
El gusto por la vida, mover lo intrínseco, impulsos de la existencia...
Una lagrima, otra... un párpado henchido de sentir distancia, una sonrisa complice y esperanzadora. Realidad pintada de belleza y por ella... cruda y dura, MARAVILLOSA.
Siento, ¿Sientes?... lo siento, lo pienso y matizo cada una de las alternativas.