sábado, 5 de abril de 2014

A día de hoy...

Cual asociación imperfecta quedé, espectadora semimparcial de la tragedia de los fragmentos. Ahora es cuando se oyen los latidos internos presos de una mirada crítica que los paraliza, los desarregla, los dispara... 
Una, dos, los impares nunca me dieron suerte... Ya no queda nada... Nada que merezca la pena